Para ciertos nombres, la exageración precede a sus primeras incursiones en los escenarios más importantes. Puede provenir de su arte, una competitividad despiadada, su nacionalidad, destacados resultados juveniles o una combinación de estos.
Para el ex No. 1 del mundo junior y campeón individual masculino de Wimbledon, Roger Federer, llegó incluso antes de que pisara la cancha Suzanne-Lenglen para su debut en un Grand Slam en 1999. Con gorra al revés y vestido con los colores de la bandera suiza, el joven de 17 años cayó ante el australiano Pat Rafter en el primer obstáculo.
Pocos podrían haber imaginado el notable currículum de Grand Slam que estaba a punto de llenar. Veinte títulos de Grand Slam después, ATPTour.com repasa los momentos decisivos de Federer en cada uno de los cuatro majors.
AUSTRALIAN OPEN – Campeón 2004, 2006, 2007, 2010, 2017, 2018; récord de 103-15
Foto: Scott Barbour/Getty Images
Federer y Rafael Nadal fueron los últimos hombres en pie en una de las finales de Grand Slam más publicitadas de la historia. Era enero de 2017, el primer evento oficial de Federer desde que se perdió la segunda mitad de 2018 tras someterse a una cirugía en la rodilla derecha.
Su victoria en sets seguidos ante el décimo sembrado Tomas Berdych en la tercera ronda hizo que el checo lo considerara una clase magistral; y respaldó este triunfo al detener al quinto sembrado Kei Nishikori en cinco sets. El cuarto cabeza de serie Stan Wawrinka lo empujó en una semifinal apasionante antes de una final de gran éxito. Nadal había tomado impulso para arrebatarle el cuarto set y una ventaja de 3-1 en el decisivo, solo para que el suizo ganara los últimos cinco juegos y aumentara la euforia en un Rod Laver Arena repleto.
“Fue uno de los más especiales”, reflexionó Federer más tarde ese año. “Definitivamente, lo pongo entre los cinco primeros partidos, al menos, si no entre los tres primeros. Es de mis mejores sensaciones que he tenido después de ganar, por lo que significó para mí dadas las circunstancias… por la remontada, por ser la final contra Rafa, por haber tenido más quintos sets a lo largo del torneo también, contra Kei, Stan”.
“Tuve algunas batallas difíciles contra Rafa a lo largo de los años, pero creo que fue totalmente inesperado que ambos llegáramos a la final… Realmente la pasé de maravilla en Melbourne. Sentí, sí, que estaba en un viaje increíble”.
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Un año después, Federer defendió con éxito un major por primera vez desde su triunfo en el US Open de 2008 cuando superó al croata Marin Cilic en cinco sets. El Abierto de Australia de 2018 fue su vigésimo trofeo de Grand Slam. También su último.
“Durante el partido pensé constantemente en el hecho de que podría llegar a los 20”, dijo Federer. “Estuve nervioso todo el día, pensé en lo que pasaría si perdía, si ganaba. Es por eso que me derrumbé durante el discurso”.
Las lágrimas de alegría estaban muy lejos de su momento más duro en el Rod Laver Arena en 2009, cuando la historia había llamado contra Nadal. La victoria en esa final habría igualado al suizo con el récord de 14 títulos de Grand Slam de Pete Sampras. En cambio, una derrota en cinco sets terminó en una entrega de trofeos con lágrimas en los ojos del suizo y en la que Nadal lo consoló.
Salvo una derrota en la tercera ronda ante Andreas Seppi en 2015 y otra en la cuarta ronda ante Stefanos Tsitsipas en 2019, Federer alcanzó las semifinales o más en 15 ocasiones en sus últimas 17 campañas en el Abierto de Australia. Su victoria contra Marat Safin en la final de 2004 vino con una ventaja adicional, ya que confirmó su primer ascenso al No. 1 del Pepperstone ATP Ranking.
ROLAND GARROS – Campeón 2009; récord de 73-17
Foto: Matthew Stockman/Getty Images
Ha sido el lugar de más agonía en majors para el suizo. Su primera final en Roland Garros fue en 2006 y la historia estaba en juego con la posibilidad de convertirse en el primer hombre en la Era Abierta desde Rod Laver en ganar los cuatro Grand Slams.
Esa final terminó como lo hizo en tres de los siguientes cinco años: una derrota ante su gran torturador en tierra batida, Nadal. No hubo un golpe peor que el recibido en la final de 2008, en la que ganó solo cuatro juegos.
Luego, el gran avance surgió cuando quizás menos se lo esperaba. Por primera vez en seis años, Federer llegó a Roland Garros en 2009 sin ser primer cabeza de serie. Había caído ante Nadal en tres de las últimas cuatro finales de Grand Slam, pero cuando el sueco Robin Soderling superó al cuatro veces campeón en la cuarta ronda, le abrió la puerta al suizo de entonces 27 años.
La tarea de aprovechar esta rara oportunidad en ausencia del español se convirtió en una batalla mental completamente nueva y casi fracasa en las semifinales, antes de que Federer se recuperara al vencer a Juan Martín del Potro en cinco sets. La victoria llegó a través de una final relativamente rutinaria sobre Soderling.
“Mi sueño de niño era ganar Wimbledon algún día. Lo gané cinco veces. Conseguir [el trofeo de Roland Garros], el último de Grand Slam que me faltaba, es una sensación increíble”, dijo Federer en ese momento. “La espera y la edad definitivamente tienen un gran impacto en lo importante y lo agradable que es en realidad esta victoria. Ha pasado mucho tiempo”.
Convertido en el sexto hombre en completar los cuatro Grand Slams, Federer también empató la marca histórica de Sampras de 14 majors. Si bien nunca logró volver a ganar el trofeo, una declaración de triunfo en semifinales llegó en 2011 cuando rompió la racha de 43 victorias consecutivas del invicto Novak Djokovic.
La derrota de Federer ante Nadal en la confrontación posterior fue su última aventura como finalista en París. Mientras reducía su búsqueda de trofeos de Grand Slam a los 30 años, el suizo decidió saltarse Roland Garros en cuatro de sus últimos seis años en el Tour para conservar energía para Wimbledon.
WIMBLEDON – Campeón 2003-2007, 2009, 2012, 2017; récord de 105-14
Foto: Alex Livesey/Getty Images
El siete veces campeón de Wimbledon y No. 1 del mundo, Pete Sampras, no había perdido en el All England Club en 31 partidos antes de enfrentarse a Federer, de 19 años, en la cuarta ronda de 2001. Fue la única vez que las dos leyendas del deporte se cruzaron y fue el joven suizo quien consiguió la victoria en la pista central. 7-5 en el quinto set.
“Era su momento. Es tenis sobre césped. Un minuto sientes que lo tienes, al minuto siguiente estás saliendo de la cancha”, dijo Sampras. “Federer jugó un gran partido”.
Sampras nunca volvió a ganar un título de Wimbledon y aunque Federer cayó ante Tim Henman en los cuartos de final, realmente se había anunciado a sí mismo como un nombre para el futuro.
“Este partido me dará tanta confianza como pueda”, dijo después de vencer a Sampras. “Esta es la mayor victoria de mi vida”.
Las expectativas resultaron ser una carga demasiado grande cuando Federer cayó en el primer obstáculo al año siguiente, pero su primer título de Grand Slam estaba a la vuelta de la esquina. Siendo cuarto cabeza de serie, tuvo la medida del australiano Mark Philippoussis en una final en sets corridos en 2003. Inició una racha vertiginosa de cinco triunfos consecutivos en la final de Wimbledon, dos sobre Andy Roddick y dos sobre Nadal, pero el español cerró la brecha.
Casi en la oscuridad, en el que para muchos fue el mejor partido por el campeonato de Grand Slam de todos los tiempos, Nadal finalmente se impuso en el decisivo en la edición de 2008. Marcó la primera derrota de Federer en una gran final fuera de París y, con cuatro horas y 48 minutos, fue la segunda final más larga en la historia de Wimbledon.
“Hacia el final, prácticamente no decía nada en la cabina de transmisión”, dijo John McEnroe a la BBC. “Pensé que lo que estaba presenciando era genial y que los jugadores estaban a la altura de las circunstancias: cualquiera que lo viera podría decir que sería un partido del que la gente hablaría en las generaciones venideras”.
Federer tenía a la vista el récord de Grand Slam de Sampras y después de empatar en Roland Garros en 2009, se impuso con otro notable triunfo en cinco sets, esta vez sobre Andy Roddick en una repetición de las finales de 2004 y 2005. El quinto set terminó 16-14 y tomó solo 95 minutos para completarse.
“Salí a la cancha y luego vi el Palco Real ese día, viendo el calibre de los jugadores que estaban allí para presenciar ese momento para Roger Federer. Dije que me sentía como si yo fuera el tipo que estaba tratando de dispararle a Bambi ese día”, dijo Roddick.
Cuando The Championships volvió a rodar en tres años, Federer no había agregado una corona en majors en 2.5 años, su sequía más larga desde que ganó la primera. En un partido que terminó bajo el techo de la cancha central, Federer niveló el récord de siete títulos de Wimbledon de Sampras con su victoria sobre Andy Murray.
Nadie podría haber previsto la sequía que estaba a punto de soportar y, contra todo pronóstico, romper. Las temporadas 2013 y 2014 de Federer representaron un nuevo mínimo para las salidas sorpresivas anticipadas de Slam. Su derrota ante Sergiy Stakhovsky como campeón defensor en la segunda ronda en el All England Club en 2013 marcó la primera vez que Federer no logró alcanzar los cuartos de final o más en un Grand Slam desde Roland Garros 2003.
Sin embargo, cinco años después de su última carrera por el trofeo en la cancha central, Federer respaldó su sorprendente triunfo en el Abierto de Australia de 2017 para conseguir un octavo Wimbledon récord sobre Cilic. La perspectiva improbable de una novena victoria en SW19 se hizo real de repente después de que Federer derrotó a Nadal para llegar a la final de 2019 contra Djokovic.
Cinco veces, el suizo cayó en un set decisivo en Wimbledon, pero ninguno le dolió tanto. Dos puntos de campeonato se le escaparon antes de que el serbio ganara 7-6(5), 1-6, 7-6(4), 4-6, 13-12(3) después de cuatro horas y 57 minutos en la final más larga de Wimbledon en historia.
US OPEN – Campeón 2004-2008; récord de 89-14
Foto: Clive Brunskill/Getty Images
Durante su campaña de Wimbledon 2017, cuando se le presionó clasificar sus mejores momentos de Grand Slam, Federer citó su triunfo en Roland Garros 2009, su victoria en el Abierto de Australia 2017, su primer Wimbledon en 2003 y su quinto, contra Roddick, en 2009. “Luego el US Open cuando vencí a Agassi”, dijo Federer. “Esos son los que se me ocurren”.
Tres veces el suizo tuvo la medida de Agassi en Nueva York, incluso en 2001 cuando sorprendió al entonces No. 2 del mundo en la cuarta ronda. En 2004, en camino a su primer título del US Open, Federer sobrevivió al estadounidense en unos cuartos de final de cinco sets antes de vencer a Henman y Lleyton Hewitt. Pero fue su defensa del título un año después lo que se destacó.
Habiendo derrotado a Hewitt en las semifinales, Federer logró un triunfo en cuatro sets sobre el ocho veces ganador de Grand Slam en la final. “Creo que Roger es el mejor contra el que he jugado”, dijo Agassi después de la derrota. “Verlo evolucionar ha sido increíble”.
Fue el segundo de una serie de cinco triunfos consecutivos en Flushing Meadows y podrían haber sido seis si hubiera convertido uno de los dos puntos de campeonato en el cuarto set contra del Potro, de entonces 20 años, en la final de 2009. Federer había prevalecido en los seis encuentros anteriores entre ambos y estaba en una racha de 41 victorias consecutivas en Flushing Meadows antes de caer en cinco sets.
“Dejé ese partido con muchos remordimientos”, dijo Federer. “[Se] siente como uno de esos partidos que me gustaría volver a jugar... Terminó mi reinado de cinco años aquí en Nueva Yor”.
Hubo más dolor en los dos años siguientes, cuando la victoria le sería arrebatada de nuevo. En las semifinales de 2010 y 2011, Djokovic salvó dos puntos de partido para llegar a la final.
Fue un golpe revelador ya que Federer nunca volvió a vencer a su rival serbio en el US Open y solo llegó a una final más en el Arthur Ashe Stadium en sus siguientes nueve apariciones. Esa final fue una derrota en 2015 ante Djokovic a pesar del gran apoyo del público.
“Fueron increíbles”, dijo Federer sobre los aficionados en las gradas. “¿Estuvieron mejor que nunca? Posiblemente”.
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