Hanfmann: Tenis universitario, pasión por los guepardos y aficionado al baloncesto

Cuando Yannick Hanfmann salte a la pista para afrontar su partido de segunda ronda en el Geneva Open este miércoles, el No. 1 del mundo Novak Djokovic estará al otro lado de la red por primera vez. Será un nuevo reto, uno de los más duros que el alemán ha encarado en una pista de tenis. Pero también es, de algún modo, un momento con el que ha soñado desde niño.

Los padres de Hanfmann, Stephen y Karin, fueron jugadores amateurs a los que les apasionó el deporte. Su hermana Ini, dos años mayor, también jugó al tenis antes de ser profesional de la danza, la coreografía y la dirección creativa. Su casa estaba cerca de las pistas de tenis, así que en cuanto Yannick tuvo edad de tener una raqueta en la mano, sus padres lo llevaron al club. Aún recuerda los peloteos contra la pared.

“Fueron muchas veces, y siempre me inventaba los partidos. Siempre elegía a un jugador”, confesó Hanfmann a ATPTour.com. “Unas veces era [Boris] Becker, luego [Pete] Sampras, luego quizás era [Juan Carlos] Ferrero, [Guillermo] Coria…”.

Roland Garros era el torneo que tenía en mente porque Wimbledon era por televisión de pago. Más de dos décadas después, el alemán de 32 años se ha consolidado en el ATP Tour, compitiendo frente a los mejores jugadores del mundo. Este miércoles, se medirá a Djokovic, que tiene más Grand Slam (24) que la suma entre Becker, Sampras y Ferrero (21). Es una oportunidad para la que ha trabajado toda su vida.

Hanfamann no ha seguido un camino similar al de las estrellas. El alemán era un niño que hacía muchos deportes — especialmente fútbol y tenis— hasta la adolescencia. Un fin de semana iba a un torneo de fútbol y, al siguiente, participaba en un torneo de tenis. Sobre los 15 años, se centró más en el tenis. En el otoño de 2011, Hanfmann se marchó al otro lado del mundo para jugar al tenis universitario en la Universidad de Carolina del Sur. Casi a la vez que Djokovic ascendió al No. 1 del mundo por primera vez.

“No fui uno de esos chicos que era tan bueno desde niño para tener claro que sería profesional. Pero el sueño estaba siempre ahí, aunque fui a la Universidad (USC), siempre estaba ahí”, señaló Hanfmann. “En mi cabeza era como: quizás hago dos años de universidad y luego me hago profesional, pero me encantó la universidad”.

No fue fácil la transición. Hanfmann era el No. 5 individual en un equipo que contaba con cinco futuros Top 200 como Steve Johnson, Emilio Gómez, Roberto Quiroz y Daniel Nguyen, además del propio Hanfmann. Pero lo más complicado para el alemán fue adaptarse a su nueva vida en Estados Unidos.

“No es fácil, estás en una cultura completamente nueva, un nuevo ambiente, una nueva lengua. Tienes que arreglártelas para estar en Los Ángeles, combinar el tenis y los estudios. Así que hubo muchas cosas buenas, pero fue duro”, reveló. “Las primeras semanas o meses, caminaba con los ojos muy abiertos e intentaba ver y experimentar todo lo que podía”.

En su año junior era el jugador No. 1 y uno de los mejores de todo el tenis universitario. El alemán no saltó a la élite de este deporte, después de graduarse en 2015. No irrumpió en el Top 200 del PIF ATP Rankings hasta 2017, cuando llegó a cuartos de final en su primer cuadro principal ATP Tour en Múnich.

Poco después, Hanfmann alcanzó su primera final en Gstaad. En julio de 2018 asaltó el Top 100 durante dos semanas, pero no regresaría hasta septiembre de 2020.

“En el tenis, lo difícil es que siempre hay un lugar al que llegar”, señaló. “Siempre hay algo más. Eso es por lo que este deporte es tan desafiante”.

Hanfmann ha continuado buscando la forma de mejorar. Después de muchos años en Múnich, el alemán hizo un cambio que ha dado sus frutos. El antiguo doblista Frank Moser le sugirió la opción de trabajar con Juan Pablo Brzezicki de Argentina, donde ha hecho las dos últimas pretemporadas.

“Creo que está dando resultado. La pasión argentina por el tenis y el conocimiento de este deporte, creo que es un país increíble. Tienes grandes jugadores y grandes entrenadores”, apuntó Hanfmann. “Eso me dio diferentes perspectivas del deporte y del entrenamiento. Estoy muy contento de haber tomado ese camino”.

El alemán ha demostrado su potencial ante los mejores del mundo. El pasado año ganó a Stefanos Tsitsipas, Andrey Rublev, Taylor Fritz, Tommy Paul o Dominic Thiem.

Pero hay mucho más allá del tenis en la figura de este jugador, que nació con una discapacidad auditiva que le permite escuchar un 60%.

“Depende de la frecuencia, del tono del ruido. Nací con esto, así que no puedo saber lo que me estoy perdiendo”, advirtió Hanfmann. “En el colegio, me pusieron un audífono. Tenía que llevarlo siempre. Pero como era protestón, no me gustaba mucho. Ahora me he acostumbrado y lo llevo de nuevo un poco más. En los torneos de tenis es difícil, porque no son tan buenos para ponerlo y quitarlo todo el tiempo”.

Pegarle a la pelota suena como cristales rotos. El bote de la pelota en la pista suena diferente también. Sin el audífono, Hanfmann puede que no escuche los murmullos de la primera fila, pero si hay un público ruidoso, no hay mucha diferencia.

A Hanfmann también le gustan los animales. “Me encantan los guepardos. Así que en los primeros años en el circuito, hice una donación a un centro de ayuda a los guepardos de Sudáfrica. El año después, creo que fue a orangutanes en Malasia”, reveló el alemán. “Los dos últimos años he hecho una donación a uno de mis podcasts favoritos que apoyan a varias causas. Y una de ellas es también a los animales. Todos los años, en función de los puntos ATP que hago, lo multiplico por dos o tres, y hago una donación”.

“Siempre me han fascinado estos animales. Cada vez que los veos [guepardos], me encanta. Fui a Sudáfrica una vez para ver ese centro y estar con ellos allí”.

El alemán es también un gran aficionado del baloncesto y pudo conocer a su compatriota Dirk Nowitzki, leyenda de la NBA, el pasado año en el Abierto de Australia. Le encanta conocer diferentes países y la pasada pretemporada hizo surf en Costa Rica. Hay muchas cosas que le gustaría hacer a Hanfmann, entre ellas esquiar, pero no lo hace aún para evitar riesgos.

De momento, Hanfmann está muy centrado en su carrera. Después de derrotar al antiguo No. 1 del mundo Andy Murray en primera ronda de Ginebra, intentará hacer lo mismo con el vigente No. 1 Djokovic.