Marozsan se dio a conocer contra Alcaraz… ¿podrá repetir su gesta?

Hace diez meses, la vida de Fabian Marozsan cambió para siempre.

El húngaro superó la previa en el Internazionali BNL d’Italia, el torneo ATP Masters 1000 que se celebra en la tierra batida de Roma. Después de sorprender a Corentin Moutet y a Jiri Lehecka alcanzó la tercera ronda, donde dio la campanada frente al No. 1 del mundo Carlos Alcaraz.

“Si alguien me hace una entrevista, casi siempre la primera o segunda pregunta es qué pasó contra Alcaraz”, confesó Marozsan a ATPTour.com. “Salí a la pista y quería ganar unos cuantos juegos contra él porque era el No. 1 del mundo”.

Marozsan hizo mucho más que eso. Fue el protagonista de una de las mayores sorpresas del año, batiendo al español por 6-3, 7-6(4) tras una actuación sin miedos. El húngaro empezó la semana como No. 135 sin haber ganado antes un partido de cuadro principal ATP Tour y de repente presentó su nombre al mundo.

“Él estaba en un buen momento, yo estaba un poco nervioso”, reconoció Marozsan. “Quería ganar unos cuantos juegos y hacer algo diferente. Hice mi juego, no hice nada raro ni nada del estilo. Estaba en la pista y centrado en cada punto. Simplemente, sucedió”.

Mucho ha cambiado para el jugador de 24 años desde entonces. Pero una cosa se mantendrá igual este martes en el BNP Paribas Open, saltará a la pista y al otro lado de la red le esperará Alcaraz.

Sin embargo, ya no habrá factor sorpresa. Ya no es un jugador desconocido. En el No. 58 del PIF ATP Rankings, la posición más alta de su carrera, Marozsan es hoy una amenaza para cualquier rival y tiene ganas de hacerlo bien en un gran escenario.

“Estoy muy contento con el pasado año”, advirtió el húngaro. “Fue fantástico para mí y estoy muy contento de estar aquí jugando en los grandes torneos”.

Toda su vida ha estado preparándose para momentos así. Cuando Marozsan tenía cerca de cinco años empezó a seguir a su padre, Janos, a la pista de tenis para verlo jugar.

“Era un niño pequeño. Iba con él a la pista de tenis y recoger las pelotas era muy aburrido para mí”, recordó. “Le dije: Papá, mira, quiero intentar jugar al tenis’. Un día le dije: vamos a intentarlo”.

Y así fue como empezó todo: “Empecé a jugar con una raqueta pequeña y empezó a decirme cómo hacer los pasos, cómo girar, cómo tocar la pelota, este tipo de cosas. Todo el mundo sabe hoy, después de 20 años, que aprendí de mi padre”.

El padre de Marozsan veía muchísimos partidos de tenis, “casi todos los partidos”, según su hijo. Janos disfrutaba viendo este deporte desde el sofá. Y Fabian admiraba a Rafael Nadal.

“Por supuesto, cuando pasaba tiempo con él no podía hacer otra cosa que ver tenis en la tele”, relata Marozsan. “Hacíamos análisis, hablábamos de tenis, de un golpe, de todo esto. Esa es la razón por la que veía tanto tenis de pequeño”.

Casi todos los fines de semana jugaba un pequeño torneo en Hungría, pero siempre no era fácil.

“A veces me enfadaba mucho y lloraba en la pista cuando era pequeño. Mucha gente me decía: Fabian, si quieres ser profesional no puedes hacer esto en la pista. Mira a los mejores jugadores de la ATP, juegan casi sin sentimientos”, recordó. “Estaba en frente de la tele y viendo a Roger [Federer] vi que no mostraba nada”.

“Me dije: vale, vamos a intentarlo así, sin sentimientos. No voy a mostrar nada…. Y aquí estoy con cara de póker”.

Este martes, esa cara de póker intentará ganar otra partida a Alcaraz con un billete para cuartos de final de Indian Wells en juego.