Pablo Llamas: El Niño Que Se Fijó En Nadal, Se Miró En Ferrer Y Persigue A Alcaraz

El tenis español parece una fuente inagotable de talentos que emergen en el ATP Tour. Entre las jóvenes raquetas que tratan de abrirse paso en la élite del circuito destaca Pablo Llamas Ruiz, un jugador de 21 años procedente de Cádiz, que puja por estar en las Next Gen ATP Finals del próximo 28 de noviembre al 2 de diciembre.

Llamas Ruiz pretende seguir la estela de compatriotas como Jaume Munar (2018), Alejandro Davidovich Fokina (2019) y Carlos Alcaraz (2021), que ya fueron capaces de participar en el torneo que reúne al final de la temporada a los ocho mejores jugadores del mundo de categoría sub 21.

Como prácticamente cualquier niño nacido en España a comienzos de la década del 2000, creció admirando la figura de Rafael Nadal. “Cuando empecé a jugar, todo era Nadal. Me acuerdo de que todo el mundo llevaba su raqueta, todos hablaban de él”, recuerda sobre el campeón de 22 Grand Slam.

El No. 135 del Pepperstone ATP Rankings procede de un territorio que ha convertido el éxito en algo cotidiano. El tenis español puede presumir de haber acaparado buena parte de los grandes títulos en los últimos tiempos, no sólo gracias a Nadal, también a otras figuras como David Ferrer, Feliciano López, Fernando Verdasco, Pablo Carreño, Roberto Bautista o, más recientemente, Alcaraz.

“Históricamente, España ha tenido siempre a muchos jugadores en el Top 100, incluso hubo una época en la que tuvimos a cuatro o cinco en el Top 20, eso es algo increíble”, confiesa. “Haber visto por televisión a Nadal, Ferrer, Feliciano, Verdasco, Carreño… te ayuda mucho. Y, además, he podido compartir entrenamientos con ellos, como con Carreño en el Centro de Alto Rendimiento (CAR)”.

Pero si hay un espejo en el que Llamas Ruiz se miró durante su etapa de formación fue en el antiguo No. 3 del mundo Ferrer. “Yo estaba en su Academia, en el último año de su carrera y en ese momento me ayudó mucho. Entrenaba con él en alguna ocasión, él estaba mucho por allí, pero verlo entrenar o incluso compartir pista con él me enseñó mucho”.

Tenía muy cerca a uno de los jugadores que formaban parte de su primer gran recuerdo de infancia relacionado con el tenis. Con apenas 9 años, sentado frente a la televisión contempló cómo el propio Ferrer, junto a Nadal, Verdasco y Feliciano levantaban la quinta Ensaladera para España en la Copa Davis.

“No era consciente del todo, pero ya veía algo más de tenis y empezaba a valorar las cosas”, relata. “Recuerdo la final de la Copa Davis en 2011 contra Argentina, el partido entre Nadal y Del Potro, el ambiente, cómo fue la eliminatoria, cada partido… Ahí fui siendo más consciente de lo que era el tenis español”.

Llamas Ruiz es heredero de una forma de entender el juego, de competir en la pista. Una genética que distingue a todos los jugadores formados bajo la cuna del tenis español. “Mi juego de fondo de pista, correr, remar, jugar con altura, cambiar el juego, no dar una bola por perdida, ese tipo de cosas”, explica sobre la influencia del tenis español en su raqueta.

Pero también ha desarrollado sus propias señas de identidad: “Me gusta subir a la red a volear, tengo bastante mano… antes eso no se veía tanto, el juego se basaba más desde el fondo de la pista, en los intercambios largos. Nadal o Ferrer pueden estar horas jugando desde la línea de fondo, en ese aspecto, a mí me gusta más el juego de mano”.

La dimensión de todos esos nombres no asusta a Llamas Ruiz, que tiene presente que quiere escribir su propio camino sin mirar hacia otro lado. “No me mete ninguna presión que el tenis español haya sido y sea de los mejores países a nivel tenístico, para mí es un orgullo formar parte de ello e intentaré dar lo mejor de mí”, asegura.

Tampoco le da vértigo que un jugador un año más joven como Alcaraz haya despuntado a toda velocidad hacia la élite del ATP Tour. “¡Que va! Para mí es un orgullo tenerlo ahí, me alegro muchísimo por él”, responde sin dudar Llamas Ruiz sobre la meteórica evolución de su compatriota, compañero y amigo.

“Ojalá algún día pueda compartir torneos y pista con él. Cada uno, como siempre digo, hace su camino. Él ha hecho el suyo, lo ha hecho mejor, imposible, y yo intentaré hacer el mío para algún día poder compartir pista con él e incluso intentar cogerlo, ¿por qué, no?”, lanza el gaditano.

Con la vista puesta en ingresar en el Top 100, Llamas Ruiz hace una última reflexión sobre el legado que porta sobre sus hombros: “Mucha gente no valora lo que es estar Top 140, Top 100 o No. 80 del mundo. Si no eres Top 10 no mereces la pena, no vales. España ha tenido grandísimos jugadores siempre en esas posiciones altas, entonces si un español está 110 del mundo parece que no sabe jugar al tenis”.

De momento, en 2023 ya ha celebrado su primer título ATP Challenger en El Espinar (Segovia, España) o su primera victoria ATP Tour en Lyon (v. a Max Purcell). Ahora, su próximo reto a la vista es estar al final de este curso entre los mejores de su generación en Yeda.