Alcaraz: "Quiero dejar mi huella en Roland Garros"

Lo primero que hace Carlos Alcaraz al salir de la pista tras más de cuatro horas de partido es subirse 20 minutos a la bicicleta para empezar su recuperación. Lo segundo, claro, es mirar el teléfono y descubrir una pila de mensajes felicitándole por haber derrotado a Jannik Sinner, clasificándose así para su primera final de Roland Garros, la tercera que disputará en un Grand Slam.

Cuando acaba de pedalear, el No. 3 del PIF ATP Rankings pasa un rato haciendo baños de contraste de agua fría y caliente y finalmente come un poco para seguir poniendo orden en su cuerpo tras el exigente encuentro frente al italiano, al que ahora domina por 5-4 su serie Lexus ATP Head2Head.

Luego, Alcaraz aparece por la sala de prensa y responde durante casi media hora las preguntas de los periodistas, antes de atender a las televisiones y marcharse a su hotel a descansar, pensando ya en el último paso que le queda por delante.

“Ha sido un partido muy complicado, pero estoy muy contento de haberlo sacado adelante y de saber que he aprendido de las situaciones que he vivido hasta hoy”, se arrancó el joven de 21 años. “Son momentos en los que no he estado bien mentalmente y me han pasado factura… hoy lo he cambiado, he estado positivo todo el rato, he estado fuerte de cabeza y no me he ido en ningún momento. Para mí, es un orgullo saber que no voy tropezando con la misma piedra”.

Alcaraz no lo dice explícitamente, pero sus palabras apuntan en una dirección clara: el encuentro de semifinales que perdió en 2023 ante Novak Djokovic, y en el que se vio sorprendido por los calambres tras ganar el segundo set, consecuencia de la tensión del cruce. Queda claro que el español tomó nota para sobreponerse a una situación parecida un año después de ese episodio frente al serbio, en la misma pista y en el mismo torneo.

“No era fácil jugar este encuentro contra Jannik”, reconoció Alcaraz. “Él te demanda un nivel de exigencia mental, física y tenística muy alto durante todo el partido. Mantener esas tres cosas cuatro horas no es nada sencillo, y menos en tierra batida”, prosiguió. “Mucho calor, intercambios largos, golpes en los que te dejas mucha energía… pero al final hay que lidiar con estas situaciones y este tipo de momentos. Es lo que pedía el partido: cambiar de táctica, de posiciones; adelante y atrás, jugar con el cansancio y los calambres de los dos o el nivel mental. Estoy muy contento de estar en la final”.

“Yo no he sentido que fuese una final anticipada”, avisó. “El domingo va a ser un partido durísimo, tendré que pelearlo y jugar muy bien si quiero ganar. Hoy ha sido una gran victoria, pero para mí no era una final anticipada”.

Esa final, en cualquier caso, trae muchos recuerdos al español de un torneo muy especial para él desde que era un niño.

“Antes de ser profesional, había venido a Roland Garros solo una vez”, recordó Alcaraz. “Pude vivir lo que era este torneo cuando tenía 11 o 12 años. Vine a jugar un torneo Sub-11 o Sub-12 que hacían en una pista abajo de la Torre Eiffel, y fue un momento muy bonito donde además conocí a muchos jugadores, coincidí con Holger ahí y con muchos otros extranjeros”.

“Yo salía del colegio e iba corriendo a casa para enchufar la tele y poder ver partidos de Roland Garros. Es un torneo muy especial para mí que llevo viendo desde que era pequeño. Y es un torneo donde los tenistas españoles han tenido mucho éxito. Nos hemos acostumbrado a Rafa [Nadal], pero antes de él también hubo otros españoles que lograron cosas importantes. Así que quiero dejar mi huella, mi nombre en esa lista”.