Djokovic, ‘la llave’ de Carballés para los grandes estadios

Esta es una historia curiosa, no hay duda.

La primera vez que Roberto Carballés jugó en la pista central de un Grand Slam fue en la primera ronda del US Open, un 26 de agosto de 2019. Su rival fue Novak Djokovic, que se llevó la victoria en tres sets.

Años más tarde, el 17 de enero de 2023, Carballés volvió a la central de un grande, esta vez en la primera ronda del Abierto de Australia y de nuevo contra Djokovic, que de nuevo logró el triunfo en tres parciales.

Este jueves 30 de mayo, el español regresará al estadio principal de un Grand Slam en Roland Garros cuando salte a la Philippe Chatrier para disputar la segunda ronda del torneo. ¿Su rival? Sí, otra vez Djokovic, No. 1 del PIF ATP Rankings.

Carballés necesitó cuatro sets para derrotar a Constant Lestienne en su estreno en Roland Garros, citándose así con el campeón de 24 títulos de Grand Slam por el pase a la tercera ronda en otra gran pista de un gran escenario.

Así, al español le espera ahora el desafío de Djokovic, que domina por 2-0 su serie Lexus ATP Head2Head. El serbio, de alguna manera culpable de que Carballés haya vivido la experiencia de jugar en dos de los estadios más importantes del mundo (serán tres mañana, después de pisar la Philippe Chatrier para jugar su duelo de segunda ronda), conoce bien a su contrario y sus peligros, como dejó claro antes de medirse de nuevo a él.

“Hemos entrenado mucho juntos, ha crecido en esta superficie y es un especialista en tierra batida, un gran luchador”, dijo Djokovic sobre su oponente tras superar a Pierre-Hugues Herbert en su debut en Roland Garros, iniciando con éxito su camino hacia la defensa de la Copa de los Mosqueteros. “Es muy sólido y no da muchos puntos gratis, así que tendré que trabajar muy duro para conseguir la victoria”, añadió el serbio sobre el No. 63 del PIF ATP Rankings.

Carballés llega al encuentro con un balance de 1-16 contra rivales del Top 10. Su único triunfo llegó en el US Open de 2023, cuando derrotó en la primera ronda a Holger Rune, por aquel entonces No. 4 del mundo.

El jueves, seguramente tomando ese partido como ejemplo, el español intentará romper su racha cuando se vea las caras con el mejor jugador del mundo en la Philippe Chatrier. Otra oportunidad de medirse con la estrella serbio en un escenario único. Y ya van tres.