"No estaba muy lejos de darme opciones reales de poder hacer algo importante"

“No ha podido ser, pero no estaba muy lejos de darme opciones reales de poder hacer algo importante. Esta es mi sensación”.

Una frase de Rafael Nadal es suficiente para radiografiar lo que ha pasado por la cabeza del español durante los días previos a su estreno en Roland Garros: la calidad de los entrenamientos, así como la ausencia de problemas físicos por primera vez en mucho tiempo, impulsaron al mallorquín a creer en la opción de levantar de nuevo otra Copa de los Mosqueteros.

“Estaba preparado para dar pasos adelante ganando unos cuantos partidos”, explicó el campeón de 22 títulos de Grand Slam después de caer con Alexander Zverev el lunes. “Eso es algo que no he sentido en ningún otro torneo, y aquí sí”, añadió, haciendo referencia a Barcelona, Madrid y Roma.

“He jugado un buen partido, poniendo en perspectiva cómo llegaba. Por momentos he jugado bien, bien de verdad. En otros momentos he cometido errores, pero no se construye una casa en dos días. Aunque haya jugado tres torneos anteriores, he tenido una semana aquí de entrenar sin limitaciones”, recordó. “Esta es la realidad: solo la semana antes de Roland Garros”.

El sorteo del jueves, cuando Nadal ya llevaba cuatro días levantando el vuelo en los entrenamientos y soñando con hacer algo grande, arrojó malísimas noticias para el balear, y puso en jaque sus planes: se enfrentaría a Zverev de inicio, la consecuencia de jugar con Ranking Protegido y no entrar al torneo como cabeza de serie.

Aunque Nadal se lo tomó como un desafío, redoblando la motivación e ilusión, la realidad del reto se triplicó: jugar de arranque con el alemán, reciente campeón de Roma, era demasiado prematuro.

“He podido jugar sin limitaciones, he luchado y he tenido mis opciones reales de poner el partido en una situación completamente diferente contra uno de los mejores jugadores del mundo”, detalló Nadal. "No lo he aprovechado por dos cosas: porque él es muy bueno y porque me ha faltado bagaje, automatismos para jugar todos esos momentos y la confianza de entender qué tenía que hacer en los puntos clave”, siguió. “Hace mucho tiempo que no lo hago”.

“Ahora me toca poner en valor las cosas que he hecho para llegar aquí e irme a descansar un poco”, desveló Nadal. “Han sido meses muy intensos, en todos los sentidos. Estoy orgulloso de todo lo que he pasado para llegar hasta aquí. He tenido siempre la ayuda de todos, y diariamente: familia, equipo, amigos… sin ellos habría sido imposible”, remarcó. “Con muchos momentos bajos, pero bajos de verdad, y con muchos meses sin ver ningún tipo de luz. He mantenido la disciplina, aunque no siempre la ilusión, de ir cada a día a entrenarme y hacer las cosas de la mejor manera que he podido para darme la oportunidad de llegar aquí. Y al final lo he hecho”, celebró. “Voy a tomarme unos días y veré cómo me siento. En mi cabeza está jugar los Juegos Olímpicos y luego ya veremos”.

Por supuesto, los Juegos Olímpicos de París 2024 se juegan en Roland Garros, y Nadal mantiene la esperanza de poder disputar la cita y aspirar a otro hito histórico cuando se ponga la camiseta de España para representar a su país por última vez en la fiesta del deporte.

“Confío en llegar bien preparado, pero en los Juegos Olímpicos voy a estar en la misma situación que ahora: me puede tocar cualquiera en primera ronda”, recordó Nadal. “Es algo completamente diferente a lo que he vivido durante el resto de mi carrera, más allá de los problemas que haya podido tener. Si sigo llegando en unas condiciones físicas óptimas, ojalá un poco mejores que las de hoy, y habiendo sentido que llevo un mes y medio más de entrenamientos y confianza, vendré aquí a disfrutar los Juegos Olímpicos”, dijo. “Lo que pueda pasar luego es una incógnita”.