Rublev Vuelve A Turín: Siempre Humilde; Siempre Combativo

La mayoría de los deportistas de élite derrochan una gran confianza, su autoestima —justificada o no— les sirve como una fuente de inspiración para alcanzar lo que parecía imposible.

Andrey Rublev es diferente. Para cualquier aficionado que haya visto el comportamiento afable de este jugador de 26 años, esto no será una sorpresa. Pero Rublev también tiene su propia seña de identidad dentro de la pista.

Esta temporada, cuando ganó su primer título ATP Masters 1000 en Montecarlo, peleó para recomponerse de un 1-4, 0/30 en contra en el tercer set y acabar derrotando a Holger Rune en la final. ¿Qué pasaba por su cabeza cuando veía tan lejos al danés?

“Que se había acabado”, reconoció Rublev a la cámara de ATP Tour al comienzo de esta temporada. “Que se había acabado, pero al menos intentaría jugar, no rendirme. Nunca se sabe, quizás surja una oportunidad de remontar y quizás tengas suerte y lo consigues”.

Al final, Rublev encontró el camino, aunque la suerte no tuvo que ver. Después de dos derrotas previas en finales ATP Masters 1000, su victoria en la tierra batida de Mónaco hizo que se le saltaran las lágrimas después de conseguir el ansiado trofeo.

Y es que el título tenía un significado añadido, después de sus recientes cambios de equipo. Si bien Fernando Vicente, el principal entrenador de Rublev desde 2016, mantuvo su papel, hubo una importante reorganización para afrontar esta temporada.

“Al inicio del año, sentía que estaba haciendo las cosas bien en los entrenamientos. Pero no ganaba grandes cosas, así que seguía teniendo sensaciones extrañas”, advirtió Rublev sobre su nuevo staff en una entrevista reciente con ATPTour.com.

“Y Montecarlo me dio la confianza de que el trabajo que estaba haciendo era el adecuado. Luego algunos resultados más tarde y Shanghái [llegó a la final] confirmaron que el equipo que tengo, los entrenamientos que hago, es el camino que estaba buscando y tengo que hacerlo aún con más confianza”.

Rublev ha demostrado muchas veces que puede derrotar a los mejores del mundo. Cuenta con 23 victorias frente a Top 10, incluyendo el triunfo frente al actual No. 1 del mundo Novak Djokovic. En noviembre en el Rolex Paris Masters, estuvo cerca de batir por segunda vez al serbio, pero cedió por poco en un duelo de semifinales de mucha calidad.

“Rublev me asfixió como una serpiente asfixia a una rana durante la mayor parte del partido”, confesó Djokovic tras su dramática victoria por 5-7, 7-6(3), 7-5. “Jugó al altísimo nivel que tiene, pero hoy estaba desatado, sinceramente. No creo que me hubiese enfrentado antes a un Rublev tan bueno”.

Antes de ese encuentro, cuando le preguntaron qué necesitaría para derrotar al serbio en las Nitto ATP Finals, conservó su visión humilde.

“Necesito jugar mi mejor partido y que él juegue el peor”, señaló, después de repetir la misma respuesta cuando se le hizo una pregunta idéntica frente a Carlos Alcaraz.

No hay duda de que Rublev tendrá que darlo todo en su cuarta participación en las Nitto ATP Finals, donde será uno de los campeones que se reúnan entre los ocho mejores del ATP Tour. Pero más allá de sus bajas expectativas, está preparado para afrontar el que podría ser el mayor título de su carrera hasta hoy.

“Eso me quita presión”, apuntó Rublev. “Está claro, si juego con Djokovic o Alcaraz, lo daré todo para intentar competir frente a ellos y tener la oportunidad de ganar. Pero es muy difícil, y ellos son mejores que yo y lo han demostrado durante muchos años. Así que veremos. Para ello necesito jugar mi mejor tenis”.

Eso fue exactamente lo que Rublev hizo la pasada temporada en Turín, cuando llegó a semifinales remontando un set en contra para derrotar a Stefanos Tsitsipas en un partido a todo o nada. Como en la final en Montecarlo, Rublev se vio superado por un fuerte inicio de su rival y dejó poco lugar para la esperanza. Pero no dejó de luchar y esa actitud le dio otra de las mayores victorias de su carrera.

“Fue un gran momento estar en semifinales en uno de los mejores torneos de tenis”, valoró un año después. “Ser parte de ello fue especial. Recuerdo cuando gané, las emociones eran increíbles”.

Pero en lugar de dejar que los recuerdos alimenten su ego, Rublev resta importancia señalando cómo se encontraba tras la victoria.

“No va a ocurrir a menudo”, dijo sobre la posibilidad de otra gran actuación en Turín. “Está claro que haré todo para poder sentir esa sensación de nuevo. Pero veremos”.

“Están los mejores jugadores del mundo. Todo el mundo quiere ganar y todo el mundo juega increíble”.