Vida nómada con… Alejandro Tabilo

Uno de los países favoritos de Alejandro Tabilo es Italia, y el tenis ha sido su mejor excusa para conocerlo. Durante su carrera juvenil, en la que alcanzó el Top 30 en 2015, compitió en Prato y Milán. Y como profesional ha jugado en Bolonia, San Benedetto del Tronto, Francavilla al Mare, Cordenons, Génova, Como, L’Aquila, Manerbio y esta semana por primera vez en Roma.

“Sus ciudades me traen lindos recuerdos”, asegura el chileno.

Este domingo en el Internazionali BNL d’Italia seguramente va a crear uno de sus memorias más valiosas como tenista cuando mida por primera vez a un No. 1 del PIF ATP Rankings. Será ante nada menos que Novak Djokovic en tercera ronda del Masters 1000 italiano. Antes de ese duelo, el No. 32 del mundo habló para ATPTour.com sobre su estilo de vida nómada, sus rutinas al viajar y su talento para evitar el jetlag.

¿Dos cosas esenciales no relacionadas con tenis que siempre empacas para tus viajes?
Últimamente he estado viajando con mi consola para los días libres. Juego FIFA y Call of Duty para distraerme y hacer algo diferente cuando la competencia lo permite. También llevo una fotico chiquitica de mi polola.

¿Alguna vez has olvidado algo importante?
¡Muchas veces! La que más recuerdo es cuando perdí la billetera en Brasil, yendo para un torneo. Estábamos en una escala en Sao Paulo, y se me quedó la billetera en el puesto de seguridad. Menos mal antes le había pasado una tarjeta a mi entrenador para que pague su equipaje, entonces no nos quedamos sin dinero.

Y luego encontraron la billetera y tuve que volver como un mes después a Sao Paulo… ¡solo a recogerla! Me la habían guardado. He tenido algunos problemas perdiendo cosas, pero hemos salido adelante. Los de mi equipo me molestan mucho porque soy muy olvidadizo. Y siempre están revisando si dejé algo.

¿Ciudad favorita del tour?
Me gustan mucho todas las ciudades de Italia. Tengo lindos recuerdos de cuando era chico y aún jugaba por Canadá (su país de nacimiento). Me quedaba varios meses jugando partidos en este país. Así que lo he recorrido mucho. Sus ciudades me traen lindos recuerdos.

¿Cuál es tu destino favorito de vacaciones?
No he tenido tantas vacaciones porque cuando no estoy compitiendo prefiero quedarme en casa descansando y con mi gente. O, máximo, ir a cualquier ciudad cerca de Santiago. Pero la última vez fui a Mar de Plata (Argentina) con mi polola y mi familia. Me gustó mucho. Fue lindo estar con la gente que quiero.

¿Cómo superas el jetlag y te aclimatas a la zona horaria local?
Afortunadamente nunca me ha pegado. Mi primer día en Australia, por ejemplo, estaba perfecto. De hecho, cuando gané Auckland, llegué un jueves a la mañana y entrené. Jugué la qualy el sábado, y terminé ganando el torneo. Fue increíble. Para que no me dé jetlag, simplemente voy monitoreando la hora en el vuelo. Dependiendo de eso me quedo dormido o me distraigo para que no me pegue al llegar.

Ver series o películas puede ayudar a distraer durante un vuelo. ¿Cuál es tu favorita?
Friends. Me la he repetido varias veces y la sigo de hace mucho tiempo. Mis personajes favoritos son Chandler y Joey.

Cuidar tu cuerpo es fundamental como tenista. ¿Cómo lo proteges en los viajes?
Además de dormir lo más posible y mirar al llegar si hay que soltar con el preparador físico, viajo con unas botitas de comprensión que sirven para cuidarme. Este aspecto me lo tomo muy en serio.

¿Cuál es tu historia de viaje más loca?
Fue con Tomás Barrios. Justamente en Italia. Habíamos ido a Lugano un par de días y estábamos yendo a Como por la noche. Nos subimos a un tren y no sabíamos que eran de los que se separan. El nuestro agarró el lado equivocado y llegamos a medianoche a otra ciudad que no conocíamos. Tuvimos que meternos a otro tren y mirar cómo volver.

¿Sueles ir al aeropuerto con bastante margen o llegas con el tiempo justo?
Con casi nada de tiempo. Soy un desastre. Estoy tratando de mejorar porque a mi polola, cuando viaja conmigo, la estreso mal. Ella está acostumbrada a llegar tres horas antes y yo, como una hora y media. Siempre al límite. Hemos llegado a un minuto de cerrarse la puerta. Pero hemos zafado.